Elon Musk, el pasado 28 de Julio, entregó las muy esperadas primeras unidades del Modelo 3 de su línea de autos totalmente eléctrico e inteligentes. A diferencia de sus predecesores los modelos S y X, el Modelo 3 se presenta con un menor precio apuntando a mercados de públicos masivos. Así Tesla busca posicionarse como una compañía automovilística de producción en serie, y según Musk ya existen “medio millón” de reservas para el Modelo 3.
Además de Tesla, las principales compañías automovilísticas, desde BMW, Toyota y hasta Google tienen entre sus planes y ofertas distintas propuestas de vehículos eléctricos y sustentables. Tanto así que Volvo anunció que desde 2019 solo fabricará autos de motor eléctrico e híbrido.
Son muchas las voces que ven al mercado de vehículos eléctricos como el principal apalancador decisivo para un cambio mundial hacia la masificación de producción y consumo de energía limpias y renovables.
Pero no sólo desde el mercado vienen los cambios, el gobierno de Francia ha anunciado que a partir del año 2040 prohibirá la venta de de vender vehículos con motor diésel o a gasolina. Alemania también ha manifestado el deseo de contar con al menos un millón de autos eléctricos en circulación para el 2020. Todo con el fin de fomentar las ERNC y también hacer frente al cambio climático.
Aún hay muchos desafíos para que la industria del auto eléctrico sea una realidad del día a día, pero todo indica que tarde o temprano se materializará trayendo grandes cambios a nivel mundial.
Directamente se verá afectado el mercado automotriz, nuevos actores (Tesla) aparecen con propuestas innovadoras y lideran el sector. Además los motores eléctricos son más sencillos que los tradicionales de combustión por lo que requieren menos insumos, como aceite o bujías. Esto también implica un mantenimiento más simple. Así tanto productores de partes mecánicas, insumos y talleres de reparación serán afectados.
Por otro lado tenemos la electricidad versus los combustibles fósiles. Los autos eléctricos suponen una amenaza para los productores de petróleo, donde el 50% de su producción está destinada exclusivamente para crear combustible automotriz. Si además sumamos que las tecnologías fotovoltaicas permitirán a los conductores producir su propia energía y en la comodidad de su hogar, los cambios del mercado de combustibles fósiles puede sufrir grandes pérdidas.
Claramente el beneficio mayor tiene que ver con la disminución de la contaminación producto de la combustión. El smog es un enorme problema de salud que afecta a muchas grandes ciudades del mundo y el que experimentamos casi a diario en nuestra capital. Una masificación de vehículos eléctricos traerá una enorme mejora en la calidad de vida de las ciudades.
La revolución hacia una masificación de las ERNC está en marcha y viene de la mano de los que, hasta ahora, han sido los principales vehículos de contaminación producto de la combustión.